jueves, 26 de noviembre de 2015

ESCRIBO, LUEGO EXISTO.

Las calles, los bares y los corazones se llenan de poesía. La literatura ha llegado para quedarse.

La poesía evoluciona y los poetas se ponen en pie para contarnos sus historias.

La poesía está cambiando. Vemos cómo diferentes autores proponen una innovación a través de la escritura y van más allá de los formalismos y los mecanismos tradicionales. Sin abandonar el estilo estético ni la composición poética pretenden sentirse libres buscando su propia manera de expresarse y de contagiar al público sus propias experiencias o sentimientos.

Los nuevos poetas, los escritores del siglo XXI, realizan una renovación constante de la poesía dando vida a los textos a través de giros lingüísticos y exprimiendo cada una de las palabras que utilizan.
Buscan la libertad y experimentar con un género que, podemos afirmar, se estaba perdiendo. La nueva poesía se atreve a jugar con la literatura a su antojo, exprimiendo cada una de las formas y generando algo totalmente nuevo, esquivando el miedo y las formalidades.




Por supuesto, las nuevas tecnologías, juegan un papel fundamental.
Conocemos a la mayoría de los autores a través de Twitter, Facebook, Instagram… y gracias a esto, también conocemos su arte. Autores como Escandar Agleet, Irene X, Carlos Salem, Marwan o Pablo Benavente transmiten a través de éstos medios su arte. Gracias a internet es posible promocionar a los artistas y que los seguidores formen parte de lo que viven; así, el público, se siente parte de sus vidas y les considera personas más cercanas y reales.

La poesía moderna se ha convertido en un fenómeno fan. Los lectores compran libros y acuden a recitales haciendo que la poesía esté más presente que nunca en nuestras vidas.
Hablamos de una poesía reivindicativa, íntima y valiente con una tendencia al inconformismo constante. Una poesía capaz de sacar lo peor y lo mejor de cada autor e intentando introducir al lector en un mundo diferente, provocándole emociones y transmitiendo el dolor o la alegría de cada autor.

La poesía está de moda, es un hecho; y también los poetas. Entre los libros más vendidos de los últimos tiempos podemos encontrar varios poemarios de diferentes autores. La línea editorial de la poesía empieza a ser un fenómeno sociológico y el público es quien les ha encumbrado, a través de las, ya mencionadas, redes sociales.
Algunos ejemplos, citados anteriormente, como Marwan y su libro ‘La triste historia de tu cuerpo sobre el mío’ es uno de los ejemplos de cómo este tipo de poesía se ha hecho tan popular, contando sus historias de amor y desamor.

Marwan es uno de los pioneros en este género y gracias a él la poesía es seguida por un público más joven, predominantemente femenino.

Esta poesía se caracteriza por ser directa, desenfadada y muy libre.
Otro ejemplo es Elvira Sastre. Su libro ‘Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo’ destaca entre lo más vendido, hablando también de temas amorosos, acompañado de imágenes que reflejan sus versos.
Hay que destacar el trabajo de las editoriales. Todos estos poetas alzan sus voces mediante editoriales jóvenes, dispuestas a apostar por ellos y a mostrar su trabajo a través de los libros.
Nacen nuevas editoriales con el objetivo de dar cabida a todas las historias de aquellos poetas que necesitan revelarse de alguna manera.

Las editoriales jóvenes permiten a estos autores ‘hacerse de papel’ y, por lo tanto, convertirse en infinitos de alguna manera.
Editoriales como Noviembre, Origami o Lapsus Calami se atreven con ellos y, a través de internet, promocionan las actividades que realizan los autores; ya sean recitales, eventos, presentaciones o firmas de libros.

“La poesía ha vuelto y yo no tengo la culpa.”

La poesía domina las calles. Cada día vemos más pintadas en edificios o pasos de cebra, entradas en blogs o libros de poemas y, por supuesto, más interés en la lectura.



La poesía nos permite sumergirnos en un mundo nuevo, un mundo desconocido que contiene miles y miles de sentimientos y emociones que el poeta o escritor intenta transmitir.

“Que la poesía pague los destrozos.”

Y así se resume la poesía de estos jóvenes. Inconformistas, independientes y atrevidos.

“Imagino que hay historias por las que he pasado, otras por las que han pasado cercanos y otras simplemente me hubiese gustado vivirlas; o por el contrario, que no las tuviese que vivir nadie. Hay mucha realidad en lo que escribo, pero no toda es mía. Menos mal.” Afirma Irene X, otra de las autoras destacadas en este género. Así define su poesía. Esta autora ha escrito ya dos libros: ‘El sexo de la risa’ y ‘Grecia’, top en ventas y con ediciones agotadas en las primeras semanas.




Desde aquí podéis acceder al blog de esta poeta.



Esta poeta de 24 años ha superado todas las expectativas y es uno de los grandes iconos de la poesía actual. Escribe lo que siente y ‘vomita’ todo lo que puede en su blog, en twitter y en Instagram; así, en todas las redes sociales, puedes encontrar parte de sus experiencias y vivencias.

“La voz del poeta.”

La demanda de poesía que se ha generado a partir del surgimiento de todos estos autores ha provocado que la actividad de recitar poesía, cobre fuerza.

Así, son muchos los locales que ofrecen recitales de poesía y la oportunidad de alzar la voz y que el público pueda disfrutar de una velada diferente.

Muchos de estos bares se sitúan en la capital; el café-bar Diablos Azules, donde la actividad poética y literaria es constante. En este local se pueden encontrar homenajes a escritores, recitales y ciclos de poesía.

Muchos autores conocidos, como Marcus Versus, Carlos Salem o Dani Orviz, se encuentran habitualmente en este tipo de locales para recitar y desplegar todo su talento.
El Aleatorio bar es otro establecimiento donde podemos encontrar cada jueves recitales de poetas jóvenes, que empiezan su andadura en este mundillo.

A este grupo de poetas, formado por infinitos nombres, no les hace falta un reconocimiento académico; buscan llegar al público que les ha hecho llegar a lo más alto. Buscan la cercanía y cambio de rumbo hacia la promoción del verso.

Todo esto con lleva la creación de festivales, editoriales y espacios de difusión en los que los poetas y el público se fusionan, creando un vínculo en el que los poetas comparten su arte con los espectadores.

Esta nueva poesía no entiende de caminos, ni reglas, ni semáforos en rojo.
No tiene filtros y pretende llegar a lo más hondo del público, utilizando un lenguaje directo y abriendo el corazón de cada uno de estos poetas.





Sin duda, todos estos poetas tienen los sentimientos a flor de piel y todo lo que escriben les sale de dentro; reflejan una realidad, la suya.
La poesía moderna está influida, sin duda, por los poetas clásicos; pero está evolucionando rápidamente y llegará, sin duda, a crear una literatura más fresca y versátil que la de otras décadas.




Ana Barrero Jorge.

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